El modelo de educación dual Aaemán conquista el mundo

 El sistema de aprendices sería una pieza clave en el bajo desempleo juvenil y éxito de la potencia industrial.


Por Chris Bryant



Mercedes-Benz comenzó a fabricar autos cerca de Tuscaloosa, Alabama hace más de 15 años. Con el tiempo, las ventas en EEUU y la complejidad de sus vehículos aumentaron, y la compañía afrontó un desafío: la oferta de trabajadores capacitados no pudo mantener el paso. “Producir un auto Mercedes es una enorme tarea técnica” dijo Marcus Schaefer, CEO de Mercedes-Benz US International. “Eso requiere personas con entrenamiento de alta calidad que pueda manejar la tecnología en la planta. Pero existía una brecha entre lo que podíamos conseguir en el mercado laboral y lo que necesitaba la fábrica”.

Mercedes-Benz estableció un sistema de aprendices basado en el modelo de educación dual de Alemania, que enfatiza una combinación de entrenamiento teórico en clases y experiencia técnica en terreno. En enero, 40 graduados de secundaria de Alabama comenzaron un programa de siete semestres en la planta.

En Alemania, un sistema de aprendices como éste es la norma. Cerca de 60% de los jóvenes que dejan el colegio ingresan al sistema, que dura tres años y medio. Cerca de 570 mil aprendices -o Azubis como se conocen en Alemania- se incorporaron a este modelo en 2011.

Las raíces del sistema se remontan a la Edad Media y los extranjeros suelen criticarlo por considerarlo demasiado complejo, rígido y anticuado. Los niños son separados para la educación técnica antes que en Reino Unido y en EEUU, y eligen uno de cerca de 350 oficios que van desde floristas hasta mecánicos industriales.

Pero a medida que la tasa de desempleo en EEUU se mantiene obstinadamente alta y las economías de la periferia de la eurozona confrontan tasas de desocupación juvenil de cerca de 50%, la duradera fortaleza de la economía germana, y su bajo desempleo juvenil y exitoso modelo industrial generan admiración. “En los últimos 3 años ha habido un extraordinario aumento en las consultas de otros países para trabajar con nosotros en implementar elementos del sistema de capacitación dual”, dice Markus Milwa, director de iMove, una entidad que promueve el entrenamiento vocacional orientado a la práctica a nombre del Ministerio de Educación.

Otros factores también han fomentado el interés. La crisis ha promovido un cuestionamiento sobre el balance entre manufacturas y servicios en muchos países.

Mientras los estudiantes en países de Occidente salen de la universidad con enormes deudas y escasas probabilidades de contratación, la capacidad del sistema alemán para alinear las habilidades de los jóvenes con las requeridas por el mercados es vista como un gran atractivo.

No es necesario viajar al corazón industrial del país para conocer los secretos de su modelo. Plantas manufactureras de firmas alemanas en Brasil, India, China y EEUU requieren un constante suministro de técnicos calificados y muchas están implementando el sistema dual a medida que se expanden. “Las compañías no pueden esperar hasta que el mercado esté listo y la infraestructura de capacitación esté ahí”, dice.

Hacer esto requiere adaptar el modelo alemán al mercado local. Siemens, el conglomerado industrial, recientemente inició un sistema de capacitación dual en su planta de turbinas en Charlotte, Carolina del Norte. Pero primero tuvo que explicarlo. “Si uno va a una clase y dice: ‘¿quién quiere ser un maquinista cuando crezca?’, esos niños lo mirarán y dirán : ‘¿Qué es un maquinista?’” explica Pamela Howze, gerente de capacitación de la planta. “Estamos tratando de cambiar la mentalidad de los niños que toda su vida pensaron en partir a la universidad y obtener su diploma después de cuatro años”.

Siemens está dando tours en sus fábricas a niños de secundaria, enviando información a sus padres y apoyo a los consejeros. “Cuando entras a nuestras plantas encuentras el último ‘estado del arte’”, dice Howze. “Todo en la fábrica es manejado por computadores, robots o láser, la gente no imagina que las manufacturas sean así”.

Los alumnos que completan el programa comienzan recibiendo salarios muy por sobre el promedio de la región y, al igual que en Alemania, los aprendices en Charlotte reciben un salario mientras se capacitan. “Se les paga para que vayan al colegio y se les paga cuando están trabajando acá. Es un acuerdo muy lucrativo para un joven”.

Aunque este sistema requiere inversión, parte de la carga financiera es sobrellevada por los gobiernos locales, que “han entendido que esta clase de calificaciones son una buena inversión para el futuro”, dice Ralph Linde, jefe de Volkswagen Coaching. Muchas firmas también descubren que puede ser más barato que bucear en el mercado laboral. Los aprendices tienden a ser más leales y los programas también son buenos para la imagen de las empresas. Por ejemplo, Barack Obama, destacó a Siemens en su discurso del Estado de la Unión por ayudar a financiar parte del costo de capacitación.

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