Educación y Sociedad

 
Una de las premisas básicas de la igualdad de oportunidades en nuestra sociedad es el acceso a una educación suficiente. La educación debe cumplir varias funciones, por un lado garantizar que determinado tipo de trabajos no están reservados a los hijos de un estrato social y vedados a otros. Por otro lado en una sociedad democrática en la que todos los ciudadanos participan en la vida política, una educación suficiente es imprescindible para que la toma de decisiones descanse sobre opiniones informadas y capaces y no caiga fácilmente presa de demagogias populistas. Sin embargo, la función más importante, a mi parecer, que debe cumplir la educación en una sociedad de personas libres es la de eliminar el elitismo cultural como coto privado de unos pocos y abrir la educación académica a toda la población.

Siendo un apartado tan importante para una sociedad, es sorprendente la situación actual y la postura general ante la educación, tanto pública como privada. Principalmente me sorprende que no se diferencie entre las dos funciones de la educación, la de preparación laboral y la cultural, con un marcado interés en la primera en detrimento de la segunda. Al no diferenciarse entre estas dos funciones, y vendiendo la educación de forma pragmática, el camino educativo sigue a la formación laboral, de forma que en la formación universitaria se destacan las salidas laborales por encima de las cualidades culturales que aportan a la persona. La formación de postgrado no se salva de esta pragmatización, y dejando aparte la precariedad de los investigadores, la opinión generalizada es que no tiene demasiada utilidad, incluso dentro del ámbito académico, salvo para la salida laboral docente en una universidad. Sin embargo la formación universitaria no es la más importante para una sociedad, podemos considerar que la formación universitaria es una especialización o una profundización en determinados temas, bien por interés personal, bien por razones laborales. La formación que realmente sienta las bases de una sociedad es la formación primaria y secundaria, que es la que está destinada a formar a todos los ciudadanos independientemente de su futuro profesional.

Algunos de los aspectos que deberían de trabajarse en la educación obligatoria, en mi opinión, son el fomento del espíritu crítico y una historia reciente de la situación política del país. El formato de clase magistral, si bien es una forma rápida de impartir conocimientos, es poco participativo, y sobretodo huye de dejar que el alumno cuestione los conocimientos impartidos. Es muy complicado mantener la figura de autoridad que sostiene el profesor a la vez que se permite al alumno que cuestione opiniones y puntos de vista, y es cierto que hay conocimientos puramente científicos que son poco dados al debate y que hay que saber distinguir, pero si no se fomenta entre la juventud la capacidad de pensar en la información que recibe en vez de creer en todo lo que se le pone delante con un argumento de autoridad, difícilmente podemos confiar en su criterio al escuchar a la clase política. En esta misma línea, para formarse un criterio sobre la ideología de cada partido, es muy interesante contrastar las promesas y la ideología que dicen profesar con las acciones que han realizado en el pasado reciente cuando han tenido acceso al gobierno del estado o de alguna comunidad autónoma, así como también es reciente repasar casos relativamente recientes, que en el momento de estar de actualidad suelen estar demasiado tergiversados por los medios de comunicación de uno y otro signo, y que a posteriori se pueden analizar con tranquilidad cuando, carentes ya de interés para los medios, se han aclarado los hechos.

Desde el punto de vista político estos dos factores serían muy interesantes, pero ya decía al principio que el aspecto que considero más importante de la educación es el que permite a la persona ampliar sus miras más allá de lo meramente político, en el resto de dimensiones personales, formarían parte de este capítulo el estudio de las distintas religiones mayoritarias y sus valores morales, el análisis de los valores imperantes en nuestra sociedad, y probablemente sería interesante un repaso histórico de las distintas escuelas de pensamiento más influyentes en la conformación de la sociedad actual por el trasfondo y la comparativa.

La educación se plantea hoy en día por un lado como una obligación para los jóvenes y por otro como un camino laboral, y lo que es peor, no alcanzar los estudios universitarios se equipara a un fracaso. Si el enfoque universitario es puramente laboral y el trabajo de un universitario es un trabajo principalmente de gestión o de ingeniería, es obvio que una mayoría de la población productiva de un país no puede tener acceso a esa clase de puestos de trabajo por una sencilla regla de la pirámide de producción, por lo que incluso con estudios universitarios acabados, las salidas laborales necesariamente van a estar por debajo de la correspondiente a los estudios cursados. Sin embargo esto no quiere decir que recibir una alta formación no sea algo interesante tanto para la persona como el tener un nivel cultural elevado de sus ciudadanos es interesante para una sociedad, sin embargo hay que separar la educación laboral de la cultural para que esto pueda tener interés, y por supuesto es imprescindible que estos trabajos tengan suficiente remuneración y tiempo de ocio para poder desarrollar este tipo de actividades independientemente del trabajo.

La educación es un instrumento muy poderoso para una sociedad, y tener una formación cultural elevada es una herramienta que permite a cualquier individuo ser más libre, o al menos más consciente de sus libertades, y una sociedad en la que un gran número de personas tiene una elevada formación va a llegar a mejores soluciones económicas y de convivencia.
 

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