La educación en las comunidades rurales

 Aun en los nuevos tiempod la educación rural, debe ser en el contexto rural y que reivindique la identidad de lo rural.

 

Todas las niñas y los niños tienen derecho a la educación básica de calidad, y así lo reconoce la comunidad internacional y la legislación educativa dominicana,  dadas sus consecuencias positivas en la vida de las personas y de las sociedades.

Entre los grupos que menos oportunidad tienen de asistir a la escuela e interactuar con maestros está el de las niñas y niños de zonas rurales, que se suma al de emigrantes y al de niños  de la calle con necesidades educativas especiales. Cuando los grupos más vulnerables tienen acceso a espacios escolares, éstos se encuentran en condiciones precarias, por lo que resulta imperativo ofrecerles oportunidades educativas de calidad.

 

La educación básica permite el acceso a nuevas oportunidades de aprendizaje y, en el mejor de los casos, revela dotes y cualidades específicas que las niñas y los niños pueden desarrollar a lo largo de su vida. Por ello, la educación básica pública debe atender a grupos vulnerables o que viven circunstancias particularmente difíciles, como es el caso de menores que habitan en las comunidades rurales. En estos casos, la educación se vuelve prioritaria por ser prácticamente la única vía que:

- Favorece la apropiación de aprendizajes y desarrollo de habilidades y actitudes para  comprender el mundo y participar en sociedad;

- Representa la posibilidad de lograr el desarrollo de todas sus potencialidades en un contexto amigable y positivo;

- Promueve mejores oportunidades de desarrollo para las y los jóvenes y sus  familias; 

- Constituye un medio para el desarrollo económico, la vida productiva de las personas y la movilidad social.

- Impulsa el uso y aprovechamiento de las nuevas tecnologías.

- Favorece la inclusión plena de las personas en la vida social, cultural, política y económica del país.

- Promueve la formación de ciudadanos que sean protagonistas en la vida democrática del país.

Para lograr una educación de calidad para todos, es necesario ofrecer más y mejores posibilidades de apoyo a los estudiantes y sus familias en las comunidades rurales, para que logren desarrollarse física, emotiva, social e intelectualmente, para con ello proporcionarles una base sólida para el desarrollo de competencias para la vida activa.

Uno de los retos de las escuelas rurales  es lograr la cobertura total de la población en edad escolar que habita en la zona donde ésta se ubique, pero sobre todo, que sea una escuela que aporte los beneficios de una educación de calidad, que brinde a las niñas, niños y jóvenes la oportunidad de desarrollar conocimientos que puedan aplicar a situaciones  específicas de la vida, y les abra el camino a nuevas oportunidades de desarrollo personal, social y laboral.

 

Por lo anterior, es necesario, entre otras condiciones, que la escuela rural se constituya en la oportunidad para que niñas, niños y jóvenes desarrollen su creatividad y todo su potencial y sus aptitudes, tanto en el campo de los conocimientos y la aplicación de éstos a su realidad actual,  como en el del desarrollo personal y social, que les permita vivir una vida más plena. Se trata también de desarrollar, desde la educación básica, competencias prácticas y de tipo profesional, es decir, competencias que les permita profesionalizar la labor que realicen, de tal forma que puedan ganarse la vida de manera productiva, dentro del contexto en el que han crecido, favoreciendo así el arraigo y desarrollo de las comunidades, o bien, fuera de ese contexto en otros lugares del país o del extranjero.